La edición de marzo de la Vogue gringa tiene en su portada a una mujer que ha estado, muy recientemente, bajo el escrutinio de miles y miles de personas en el mundo... no es una top model; no es una actriz; se trata de una mujer de política: Michelle Obama.
No cabe duda que desde que Vogue es la "biblia de la moda" (se creo en 1892, así que tiene historia de respaldo) ha trascendido los estándares de las demás publicaciones especializadas. Así, nada de elegir a una modelo de color para una editorial cuyo tema sea la primera dama. Mejor aún, traer a la propia esposa del presidente y, además, retratarla bajo la lente de Annie Leibovitz.
Los resultados: una foto muy real, con el sello sofisticado de la mejor revista de moda.
Michelle es la segunda primera dama que aparece en la portada de Vogue. La primera fue, otra super woman, Hillary Clinton en la edición de diciembre de 1998.
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