sábado, noviembre 27

De vueta a la realidad

Sí, sigo obsesionada por mi viaje. Lo siento, creo que es normal y se trata de un síndrome que padecen selectos e inteligentes visitantes a Europa. Al parecer, la sensación de ver las grandes obras artísticas en los museos se vuelve adictiva, cual droga química que te pega a la primera.

Una amiga dice que a mi regreso me notó cambiada. Yo lo dudé y no le creí. Lo que sí es cierto es que me viaje me hizo sentirme más segura, curiosamente en otro continente, sin personas a quien recurrir de inmediato ante un problema, sin teléfonos de mis amigos y con un único contacto con América, mi bella MacBook.

Ahora, de vuelta a la realidad, con mi trabajo y sus implicaciones, la inseguridad regresó. No sé por qué... De hecho pensé que había desaparecido. Pero no sé como funciona. Me late que es un virus que se activa en las coordenadas geográficas en las que se encuentra el Distrito Federal. No le veo otra razón.

La situación me desespera un poco. En Londres, Madrid y París me sentía tranquila. Estaba bien vestida y hasta linda. Y es que tengo la teoría que eso de vestir bien, es también cultural. Ok, ok, sí eso no es un gran descubrimiento. El punto es que eso del mimetismo se aplica cañón en las ciudades que visité y en mi tierra natal. Juro que mientras estaba en aquellos lares nos esforzabamos por vernos bien... Los leggings y las botas, que son muy frecuentes por allá no son tan bien vistos por México. Acá no falta el naco que no te quita la vista del trasero, o la señora puritana que cree que quieres provocar los bajos instintos de los hombres.

Y entonces digo, ¿por qué nos vestimos tan mal? ¿Por qué aquí no me puedo sentir tan diva como lo hacía en otras capitales?

Tengo una teoría. Resulta que me invitaron a un desayuno con la crema y nata de los medios impresos femeninos. Estuvieron presentes las editoras de la revistas que sigo: Mar Abascal de Glamour, Lucy Lara de lo que fuera InFashion, Toni Salamanca de Harper's Baazar y quien me dio mi primer curso sobre moda y fuera editora de la revista Esposa Joven, Julia Santibañez.

El evento fue en el Four Seasons de Reforma. Casi todas las asistentes se veían de lo más chic, sobre todo mis editoras preferidas. Ese evento me hizo reaccionar y pensar que acá no todo está perdido, pero que sí necesitamos una mejor visión de la vida, del porvenir, del futuro. Quizá la ropa sea banal en cuanto a los eventos tan tristes que vive el país (la pobreza, la falta de oportunidades profesionales y académicas, el narco, los políticos, la corrupción, López Obrador, los taxistas). Pero lo que sí sé es que nuestra ropa dice como vemos la vida y, lamentablemente, creo que tenemos una visión muy pesimista...

Así que decido verme bien y salir en busca de ropa que me haga sentir chic, que le diga al mundo que los mexicanos tenemos sentido estético y muy buen gusto. Si eso no me quita un poco de mi inseguridad, me dará ropa linda por estrenar en las próximas fiesta de diciembre.

Ya para terminar, y para subirme un poco el ánimo, la foto de una servidora posando con Jean Paul Gaultier y Naomi Campbell. Oh sí, lo logré en Londres!!



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